Profesores entre la vocación y el agotamiento: ¿Cómo re imaginar la escuela en Chile?

¿Sientes que tu vocación de profesor choca con la rutina? Muchos docentes recuerdan con emoción el momento en que eligieron la pedagogía. La ilusión de formar personas, de ser un guía en la vida de otros, fue el motor que los llevó a las salas de clase. Sin embargo, esa pasión inicial a menudo se ve enfrentada a un sistema rígido, donde los horarios y las asignaturas dictan el día a día, dejando poco espacio para la creatividad y la innovación.

El reloj marca cuándo hablar, cuándo enseñar y cuándo callar. Y así, la rutina va apagando lentamente la motivación. Pero ser profesor no es simplemente un trabajo: es una vocación que también necesita espacios de crecimiento, reconocimiento y equilibrio con la vida personal.

El desgaste silencioso de los docentes

Como advierte la UNESCO, más del 50% de los profesores en América Latina sufre agotamiento emocional, y en Estados Unidos el burnout docente es ya una de las principales causas de abandono de la profesión. No se trata solo de estrés: hablamos de un desgaste profundo, fatiga crónica, ansiedad, insomnio y desmotivación

Este agotamiento se intensifica con la sobrecarga administrativa que, según la OCDE, les quita tiempo pedagógico y agudiza el cansancio. El resultado es preocupante: renuncias, ausentismo y un deterioro silencioso en la calidad educativa. los profesores se sienten solos frente a una montaña de tareas, sin apoyo emocional ni condiciones dignas para enseñar

Y la pregunta es inevitable: ¿quién cuida a quienes educan?

Imaginando un modelo distinto

Frente a este panorama, urge mirar alternativas. Imaginemos una escuela distinta: no como un edificio lleno de campanas y horarios fijos, sino como un laboratorio de aprendizaje vivo.

En este modelo, los profesores no son guardianes de un temario, sino arquitectos del conocimiento. Trabajan en equipos interdisciplinarios, diseñando proyectos que cruzan fronteras entre asignaturas. Las clases ya no se “dan”; se construyen colectivamente.

Algunos principios de este enfoque:

El tiempo es tuyo: El horario deja de ser una prisión. Los docentes deciden cuándo se reúnen, investigan o se capacitan, mientras el aprendizaje de los estudiantes ocurre en proyectos flexibles y significativos.

El profesor es un líder: La monotonía se rompe con la rotación de roles. Un docente puede liderar proyectos, acompañar a colegas jóvenes o investigar nuevas soluciones para la escuela. La rutina se transforma en un espacio de crecimiento constante.

Chile: el desafío de transformar sobre cimientos antiguos

Hablar de este tipo de innovación en Chile puede sonar utópico. La normativa del Ministerio de Educación, con su estructura rígida de horarios y asignaturas, es un muro difícil de sortear. Además, la legislación laboral docente no contempla la flexibilidad que estos nuevos modelos requieren.

Sin embargo, los cambios nunca empiezan desde arriba: nacen del descontento y la búsqueda de alternativas. El debate ya está en marcha. Cada vez más profesores, directivos y comunidades educativas se atreven a imaginar un sistema distinto, donde la confianza y los objetivos reemplacen al control y la burocracia.

Un llamado a cuidar y transformar

La conclusión es clara: cuidar a quienes educan no es un lujo, es urgente: Acompañamiento psicológico, formación en salud mental, límites saludables y equipos directivos que escuchen son medidas impostergables.

En CICLO Consultores creemos que el futuro de la educación chilena depende de nuestra capacidad de atrevernos a cambiar. Una educación transformadora empieza por los que la hacen posible: los profesores.

Porque la gestión del talento no puede ser solo tema del director:

La Anatomía de un colegio exitoso

¿Sientes que te multiplicas para llegar a todos? En un colegio pequeño, el director suele conocer a cada profesor, acompañar sus procesos y resolver inquietudes con cercanía. Sin embargo, cuando la institución crece, esa relación directa se vuelve insostenible. Los docentes sienten que no hay canales claros para expresar sus inquietudes y los problemas —grandes o pequeños— terminan escalando hasta la dirección. Lo que antes parecía manejable comienza a transformarse en una carga que limita la mirada estratégica del colegio.

En ese punto surge la pregunta clave: ¿cómo evitar que el director se convierta en un cuello de botella y, al mismo tiempo, garantizar que cada persona de la organización se sienta acompañada y reconocida? La respuesta está en comprender que la gestión del talento no es un asunto personal, sino un sistema compartido que debe funcionar en todos los niveles de liderazgo.

El crecimiento de un colegio no es solo una cuestión de números de matrícula o más salas de clases. Cada nueva contratación implica una relación, una necesidad, una expectativa. A medida que aumenta la complejidad, también crece el riesgo de que los equipos se fragmenten. Los líderes intermedios —jefes de departamento, coordinadores académicos, encargados de convivencia— se vuelven fundamentales para sostener la estructura, pero a menudo enfrentan el desafío de liderar sin contar con las herramientas necesarias.

El desafío del crecimiento:  Más personas, más complejidad.

El resultado es una dirección abrumada, equipos desconectados y docentes que sienten falta de guía y pertenencia. En otras palabras, el problema de fondo no está en las personas, sino en la ausencia de procesos claros que organicen la vida laboral.

La gestión estratégica del talento va mucho más allá de impartir talleres o dictar capacitaciones. Se trata de diseñar y aplicar un ciclo de vida laboral bien estructurado, que permita a cada integrante desarrollarse en sintonía con la cultura institucional. Cuando este ciclo está definido, los líderes intermedios cuentan con marcos de acción concretos para guiar, motivar y acompañar a sus equipos. Eso evita que se transformen en simples “bomberos” que apagan incendios a diario, y los convierte en agentes de desarrollo y cohesión.

Dejando de ser «bomberos»:  El poder de los procesos.

En este sentido, hay procesos clave que marcan la diferencia. La selección y atracción de talento, por ejemplo, debe estar claramente definida: cuando los criterios son compartidos, los jefes de departamento saben qué buscar y cómo incorporar perfiles alineados con el proyecto educativo. La evaluación de desempeño y la retroalimentación, por su parte, no pueden limitarse a una reunión anual: los líderes intermedios requieren metodologías que les permitan dar feedback constructivo, reconocer logros y señalar oportunidades de mejora con respeto y efectividad.

A ello se suman los planes de desarrollo profesional, que ofrecen a cada docente la posibilidad de proyectarse y crecer dentro del colegio. Incorporar procesos de onboarding estructurado para quienes se integran por primera vez y de medición del clima organizacional para identificar tensiones antes de que escalen, son también prácticas que consolidan una cultura sólida.

El impacto de estos procesos es profundo. Cuando la gestión del talento se entiende como un sistema, la dirección deja de ser el único referente y puede abocarse a lo estratégico. Los líderes intermedios, al sentirse respaldados y con herramientas, ganan autoridad y confianza para resolver situaciones cotidianas. Y los docentes, al tener un referente cercano que se preocupa por su desarrollo, fortalecen compromiso con el proyecto educativo.

Los directivos dejan de ser el único punto de contacto y pueden enfocarse en la estrategia a largo plazo; los líderes intermedios se sienten valorados y con más autoridad; y los docentes experimentan mayor sentido de pertenencia”, explica Ignacio Silva Beas, Socio Director de Ciclo Consultores.

En definitiva, un colegio exitoso se construye sobre la base de un modelo donde la gestión del talento es estratégica, transversal y sostenible. No depende únicamente del carisma o la capacidad del director, sino de un sistema bien diseñado que da soporte a cada nivel de liderazgo. Así, la institución no solo crece en número, sino también en cohesión, calidad y resiliencia.

Cuando también tiembla la “buena convivencia”: liderar equipos en tiempos de complejidad

La violencia escolar dejó de ser un fenómeno asociado exclusivamente a contextos de alta vulnerabilidad. En 2025, incluso los colegios particulares —históricamente percibidos como espacios seguros y ordenados— han debido enfrentar episodios de agresiones, amenazas a docentes y tensiones comunitarias inéditas. La Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE) ha alertado sobre esta tendencia, señalando que la pérdida de autoridad del profesorado, la falta de espacios de diálogo y el temor institucional frente a medidas disciplinarias están provocando una fractura profunda en las comunidades educativas . 1

En este contexto, liderar equipos escolares no solo exige conocimientos técnicos, sino también capacidad de contención, visión estratégica y gestión del talento humano como prioridad institucional. Ya no basta con tener protocolos; se necesita construir cultura, coherencia y liderazgo distribuido capaz de sostener emocional y operativamente a los equipos en medio de la turbulencia.

Una mirada estratégica a la gestión de personas

Desde Ciclo Consultores proponemos abordar la gestión del talento en contextos escolares como una arquitectura organizacional compuesta por tres pilares interdependientes:

1. Propósito compartido y cultura alineada No se trata de redactar una misión bonita, sino de vivirla. Cuando el proyecto institucional es solo un documento, el espacio se fragmenta. Pero cuando es una práctica compartida, los equipos encuentran orientación en medio del caos.

2. Procesos integrados de gestión del talento Atracción, selección, inducción, evaluación y desarrollo no deben ser compartimentos estancos, sino eslabones de una misma cadena. Un mal proceso de inducción, por ejemplo, puede revertir una buena selección. Todo comunica.

3. Liderazgos conectores El liderazgo intermedio en escuelas no puede ser solo operativo. Quienes coordinan ciclos, lideran departamentos o supervisan equipos son, en muchos casos, el eslabón más decisivo para sostener la cultura y movilizar el aprendizaje. Formarlos y acompañarlos ya no es opcional.

Más allá del síntoma: cuidar la comunidad como estrategiaa

Muchos colegios hoy intentan responder a la crisis instalando cámaras, reforzando la vigilancia o endureciendo sanciones. Pero la respuesta no puede centrarse solo en el control. La gestión del talento implica recuperar la confianza como materia prima: confianza en los equipos, en los liderazgos, en la coherencia institucional.En nuestras intervenciones hemos visto que cuando una comunidad educativa logra reencontrarse en su propósito, explicitar sus acuerdos de convivencia y formar a sus equipos para sostenerlos, los indicadores de conflicto no solo disminuyen: también mejora la motivación, la asistencia y el clima de aprendizaje.

Cuidar a quienes cuidan

Detrás de cada escuela hay equipos que contienen, escuchan, diseñan, improvisan y vuelven a intentarlo. Gestionar el talento en educación es, al final, una apuesta ética: cuidar a quienes cuidan, sostener a quienes enseñan y formar a quienes lideran.

Y eso —más que un protocolo— es una decisión institucional.


  1. Cooperativa.cl (2025, 14 de junio). Colegios particulares y violencia escolar: “La sociedad ha quitado autoridad a los profesores”. Recuperado de https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/educacion/violencia-escolar/colegios-particulares-y-violencia-escolar-la-sociedad-ha-quitado/2025-06-14/083258.html ↩︎

El coaching en tiempos difíciles

Este artículo lo escribo desde mi casa, ya que me encuentro en cuarentena. ¡Quién diría que viviría una experiencia como ésta! Nunca antes en nuestra generación habíamos experimentado una situación de pandemia como ésta, afectando a nivel global.

Como si fuera poco, la situación llega a un país que venía tratando de levantarse de una fuerte convulsión social, que estalló hace algunos meses y que venía generando una serie de grandes cambios en la forma en que queremos convivir los chilenos.

¿Por qué se me ocurre hablar de coaching en este momento? Estoy consciente que esto no es algo que solucionará la crisis de salud ni tampoco entregará la receta para llegar a un nuevo acuerdo social para canalizar nuestra vida como país.

Sin embargo, creo que puede contribuir en dar algo de contención y empatía a otras personas, que lo deben estar pasando mal, producto de la angustia y las emociones que se agolpan en nuestra cabeza y nuestro corazón, como consecuencia de todo lo que pasa en el entorno en que vivimos.

¿Qué es el coaching? Recurro a una definición de la ICF, Federación Internacional de Coaching. Es una es una asociación o alianza entre un coach con un/a cliente, en un proceso creativo y estimulante, que lo/la inspira a maximizar su potencial personal y profesional

¿Para que puede servir el coaching? Normalmente, puede ayudar a estimular el máximo potencial de una persona para maximizar su desempeño y/o ajustarse satisfactoriamente a su entorno organizacional y social. Ayuda a la persona a cumplir sus objetivos asociados al trabajo: sustento económico, relaciones sociales, aprendizaje y balance emocional, realización personal, entre otras. Lo hace a través de la resolución de factores inhibidores o bloqueadores del potencial y la adquisición de herramientas y habilidades. En este contexto de crisis, libera energía y habilidades para enfrentar mejor los grandes desafíos del ambiente nacional y global.

¿Cómo actúa el coaching? Opera mediante el desarrollo de una relación temporal pero profunda y sistemática entre el cliente y el coach. Una relación donde exista un espacio de confianza y seguridad para poder recoger los posibles problemas u objetivos que trae el cliente para solucionar. Un vínculo mediante el cual se pueda ir ganado una comprensión y conexión entre las vivencias del cliente, que le permitan liberar sus talentos y clarificar los caminos hacia la solución buscada.

Con todo esto en mente, vale la pena intentar la entrega de ayuda en estos críticos momentos, mediante el ofrecimiento de esta herramienta que puede contribuir a sobrellevar mejor las dificultades y capitalizar valiosas experiencias para el futuro, el cual será mejor, si nosotros hacemos algo para que así sea.

¿Siempre son útiles las pruebas de selección?

Si nos preguntaran a los psicólogos chilenos que nos dedicamos a la selección de personas, la mayoría diríamos que sí. También los gerentes de las empresas se han ido convenciendo de aquello y por ello prefieren “mandar al psicólogo” a los candidatos que necesitan contratar, antes de tomar la decisión de incorporarlos al equipo.
En honor a la verdad, los psicólogos tenemos que reconocer que las pruebas Continuar leyendo «¿Siempre son útiles las pruebas de selección?»

Encuesta necesidades y prioridades en gestión de personas 2017 – 2018

¿Qué están haciendo las empresas para gestionar el capital humano en los tiempos que corren? Les pedimos ayuda a ejecutivos de de recursos humanos para realizar este estudio exploratorio del mercado, que tuvo como objetivo conocer los temas prioritarios en este momento para las empresas en términos de su gestión de personas, detectando potenciales necesidades de acceder a productos y/o servicios que les ayuden a cumplir exitosamente con sus propósitos. Esto fue lo que nos dijeron. Continuar leyendo «Encuesta necesidades y prioridades en gestión de personas 2017 – 2018»

Ahorro malentendido…

En una empresa del medio local ocurrió la siguiente situación. El gerente general se lamentaba con el gerente de administración y finanzas debido a que acababa de recibir la renuncia del gerente de operaciones a contar de fin de mes. Se iba porque había recibido una oferta insuperable. Le preguntó acerca de cómo resolverían este problema, ya que no podían darse el lujo de dejar que se deteriorara la operación y el servicio a los clientes. La situación de la empresa estaba muy estrecha y la competencia muy reñida, de modo que cualquier fallo en la operación podría significar la pérdida de clientes. Continuar leyendo «Ahorro malentendido…»