El coaching en tiempos difíciles

Este artículo lo escribo desde mi casa, ya que me encuentro en cuarentena. ¡Quién diría que viviría una experiencia como ésta! Nunca antes en nuestra generación habíamos experimentado una situación de pandemia como ésta, afectando a nivel global.

Como si fuera poco, la situación llega a un país que venía tratando de levantarse de una fuerte convulsión social, que estalló hace algunos meses y que venía generando una serie de grandes cambios en la forma en que queremos convivir los chilenos.

¿Por qué se me ocurre hablar de coaching en este momento? Estoy consciente que esto no es algo que solucionará la crisis de salud ni tampoco entregará la receta para llegar a un nuevo acuerdo social para canalizar nuestra vida como país.

Sin embargo, creo que puede contribuir en dar algo de contención y empatía a otras personas, que lo deben estar pasando mal, producto de la angustia y las emociones que se agolpan en nuestra cabeza y nuestro corazón, como consecuencia de todo lo que pasa en el entorno en que vivimos.

¿Qué es el coaching? Recurro a una definición de la ICF, Federación Internacional de Coaching. Es una es una asociación o alianza entre un coach con un/a cliente, en un proceso creativo y estimulante, que lo/la inspira a maximizar su potencial personal y profesional

¿Para que puede servir el coaching? Normalmente, puede ayudar a estimular el máximo potencial de una persona para maximizar su desempeño y/o ajustarse satisfactoriamente a su entorno organizacional y social. Ayuda a la persona a cumplir sus objetivos asociados al trabajo: sustento económico, relaciones sociales, aprendizaje y balance emocional, realización personal, entre otras. Lo hace a través de la resolución de factores inhibidores o bloqueadores del potencial y la adquisición de herramientas y habilidades. En este contexto de crisis, libera energía y habilidades para enfrentar mejor los grandes desafíos del ambiente nacional y global.

¿Cómo actúa el coaching? Opera mediante el desarrollo de una relación temporal pero profunda y sistemática entre el cliente y el coach. Una relación donde exista un espacio de confianza y seguridad para poder recoger los posibles problemas u objetivos que trae el cliente para solucionar. Un vínculo mediante el cual se pueda ir ganado una comprensión y conexión entre las vivencias del cliente, que le permitan liberar sus talentos y clarificar los caminos hacia la solución buscada.

Con todo esto en mente, vale la pena intentar la entrega de ayuda en estos críticos momentos, mediante el ofrecimiento de esta herramienta que puede contribuir a sobrellevar mejor las dificultades y capitalizar valiosas experiencias para el futuro, el cual será mejor, si nosotros hacemos algo para que así sea.